24 de Marzo 1976
No es un día normal.
Caminando con mis hermanos
desde la escuela a mi casa
todo se siente triste, desvalido.
Mi abuelo,
apresurado por llegar,
parece distraído, preocupado.
Apagada,
ida sin remedio,
su constante alegría,
su eterna sonrisa.
No hay paradas para chismear con los vecinos,
hablar del tiempo
o los resultados de futbol del domingo.
Hay que llegar a casa.
Lo más rápido posible.
Palpita en cada rincón la incertidumbre,
llena las calles y la gente.
Hasta yo la siento, que soy chico.
Hay que almorzar primero y después la siesta.
Un hombre con bigotes
habla complicadas palabras
en la televisión blanco y negro.
De la siesta me despiertan ruidos y
conversaciones en el fondo.
Afuera atardece.
En el patio,
mi abuelo cuida una fogata,
y en el fuego desaparecen
discos, una pila de libros,
un poncho rojo.
Nunca vi un fuego así.
Fuego santo,
purificador de ideas y de libertades.
Reoganizador de la vida.
Devorador de las cosas cotidianas.
Un humo negro, denso
se eleva en bocanadas hacia la noche.
Irreal la gente,
así,
iluminada por el fuego.
Hoy no fue un día normal.
Terminado en Julio 2019. Parte de Distancia Cero
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