A esa altura,
desaparecía el spinifex,
desaparecían las acacias y casuarinas,
desaparecían las colinas.
Los caminos eran líneas sin comienzos.
A esa altura
el desierto
se reducía a ríos milenarios.
Ríos de arena, de rocas, de eucaliptos rojos,
ríos caudalosos, intermitentes, secos,
sedimentos inciertos,
antiguos abanicos aluviales,
depresiones, cuencas de sal,
ambiguas inundaciones,
precipitosas lluvias efímeras,
redes capilares de erráticos arroyos.
El desierto esconde agua
omnipresente, invisible.
Un recuerdo marcado en el paisaje.
Puntos negros que se juntan en la distancia
sinuosidades de los cauces
aleatorios ríos del desierto.
Parte del libro Distancia Cero
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