Calle con signo de pregunta.
Avenida con puntos suspensivos.
Paraíso urbano coma y punto.
Hogar de refugiados
de países del Sur
somalíes, sudaneses,
turcos, pakistaníes,
chilenos, indios, griegos.
Viejos hippies del Bolsón.
Laberinto de poetas.
Guarida de anarquistas.
Aguantadero de revolucionarias.
Abrigo de Abeles, de Rebecas
de Oscares, de Pilares
de Abrahames, de Ayeles,
de Raqueles, de Gonzalos.
Páramo de bares ilegales,
canchas de futbol
rodeadas de edificios.
Bosque de concreto y de chapas.
Selva de carteles y grafiti.
De murales,
expresion de artistas ignotos
o no tanto.
Cobijo de adictos.
En la calle Brunswick
buscan estrellas doctores de almas
buscan comida astrónomos enamorados
buscan diagnósticos veganos intratables.
En la calle Brunswick
un almacenero ibérico husmea clientes
un escritor apesumbrado inventa musas entre el humo
un bachiller de Praga indaga sus recuerdos.
Es medianoche
las luces siguen latiendo
el café de Mario
nos tienta con pasta pulsante y vino tinto.
Un amigo mira techos hacia el norte,
desde el balcón del séptimo piso.
Comentários